miércoles, 13 de agosto de 2008

18.- VIRTUDES HUMANAS

Tema: TEMA VII. SEGUNDA PARTE. VIRTUDES HUMANAS

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Las virtudes humanas son los hábitos operativos buenos que giran alrededor de las cuatro virtudes cardinales.
Teniendo en cuenta que cada familia es diferente, y que cada hijo y cada padre requiere una atención diferente, vamos a considerar con brevedad, un esquema de virtudes por edades, teniendo en cuenta los rasgos estructurales de las edades y la naturaleza de las virtudes.

HASTA LOS 7 AÑOS

* Obediencia
* Sinceridad
* Orden

Antes de los siete años los niños apenas tienen uso de razón, y por tanto, lo mejor que pueden hacer es obedecer a sus educadores, intentando vivir este deber con cariño. Se tratará de animarles a cumplir por amor, para ayudar a sus padres y, así, comenzar los primeros pasos de la virtud de la generosidad.

A la vez, debemos de desarrollar en los hijos la virtud de la sinceridad, porque esta exigencia en el hacer tiene que traducirse paulatinamente en una exigencia en el pensar.

El orden es importante por varios motivos:

1. Si no se desarrolla desde pequeños, es mucho más difícil después.
2. Es una virtud necesaria para una convivencia feliz.
3. Tranquiliza a las madres de familia.

Estas tres virtudes formarán una base sólida para luego abrirse a más virtudes en la próxima etapa.

DESDE LOS 8 HASTA LOS 12 AÑOS

* Fortaleza
* Perseverancia
* Laboriosidad
* Paciencia
* Responsabilidad
* Justicia
* Generosidad

Los chicos de estas edades pasan por una serie de cambios de tipo biológico con la llegada de la pubertad, y parece conveniente desarrollar de un modo especial la voluntad para hacer más fuerte su propio carácter. Ahora los hijos empiezan a tomar más decisiones personales, pero necesitan criterios para saber si se dirigen bien al objeto de su esfuerzo.

La perseverancia es importante porque es la edad de los retos (pero razonables). Se trata de “soportar molestias”, de “esforzarse continuamente para dar a los demás”, de “alcanzar lo decidido”, de “resistir influencias nocivas”, etc.
Esta es una edad para “tirar hacia arriba”. Y con esto se quiere decir elevar la vista de los niños hacia Dios.
Quizá parezcan muchas virtudes para perseguir simultáneamente, pero están muy relacionadas. Si se concentra en una o dos de ellas, es muy probable que el niño mejore en las demás.

DE LOS 13 HASTA LOS 15 AÑOS

* Pudor
* Sobriedad
* Sencillez
* Sociabilidad
* Amistad
* Respeto
* Patriotismo

Desde los ocho hasta los doce años aproximadamente, hemos destacado virtudes relacionadas con la fortaleza y con la justicia, en cuanto supone la adaptación del comportamiento a unas indicaciones concretas.
Desde los trece hasta los quince años, parece conveniente, de acuerdo con el descubrimiento más claro de la propia intimidad, insistir de un modo preferente en unas virtudes relacionadas con la templanza en primer lugar. Y esto para no perder de vista EL BIEN a causa de las pasiones incontroladas.

Si anteriormente hemos insistido en la fortaleza, ahora se trata de utilizar esta fuerza para proteger lo más precioso de cada ser: su intimidad. Y con la intimidad, nos referimos al alma, a los sentimientos, a los pensamientos y no sólo a los aspectos del cuerpo. Las virtudes del pudor y de la sobriedad podrían resumirse en llegar a reconocer el valor de lo que uno posee para luego utilizarlo bien, de acuerdo a los criterios rectos y verdaderos.

Es importante darles razones. Nuestros hijos no están dispuestos a imitar nuestro comportamiento como nosotros lo hacíamos con nuestros educadores. NUESTROS HIJOS PIDEN RAZONES. Y se sugiere que se de la información a los jóvenes, de acuerdo con cuatro “C”: una información CLARA, CORTA, CONCISA Y CAMBIAR DE TEMA.

Aparte de estas virtudes, relacionadas con la templanza, hay que insistir en otras que tienen que ver con la persona y sus relaciones con los demás. Se destacan la sociabilidad, amistad, respeto y patriotismo. Se debe orientar a los jóvenes para que lleguen a concretar sus inquietudes hacia los demás, en actos concretos de servicio, ya que son idealistas y también necesitan vivir nuevas experiencias.

Se incluye la virtud de la sencillez, porque es lo que el adolescente necesita para comportarse congruentemente con sus ideales y también para que llegue a aceptarse tal como es.

DESDE LOS 16 HASTA LOS 18 AÑOS

* Prudencia
* Flexibilidad
* Comprensión
* Lealtad
* Audacia
* Humildad
* Optimismo

Las primeras virtudes que destacamos para esta edad, se basan en una capacidad de razonar inteligentemente, es decir, intelectual. En la edad anterior, hemos destacado la importancia que tiene dar una información a los jóvenes sobre el significado de estos conceptos. Ahora, habrá que repetir lo mismo, pero con mayor insistencia.

Los problemas en relación con las pasiones, vendrán seguramente, por unas ideas erróneas. Aquí hace falta la flexibilidad para poder aprender de distintas situaciones pero sin abandonar los criterios de actuación personal. La prudencia, para que el joven abra los ojos a su entorno y busque la información adecuada ponderando las consecuencias antes de tomar decisiones. Hay que obligar a los jóvenes a plantearse seriamente el porqué de sus propias vidas, para que lleguen a actuar coherentemente con unos valores. Aquí la importancia de la lealtad.

También el reconocimiento realista de sus propias posibilidades como persona, que es la humildad. Y una actuación audaz para conseguir un auténtico bien, que es la audacia.

Una virtud muy importante para una sociedad caracterizada por el odio y la desesperación es la del optimismo. Esta es una virtud que hay que desarrollar en niños pequeños y en todas las edades, pero lo incluimos de un modo preferente ahora, porque con la voluntad, se puede adquirir el hábito de ver lo positivo en primer lugar, de ver lo mejor en los demás y ayudarles a mejorar.

Por último, no tiene gran importancia el hecho de destacar una virtud u otra. El conjunto de las virtudes en desarrollo es lo que nos interesa. Por eso, se pide a los padres, una lucha de superación personal, respecto a las virtudes que quieren desarrollar en sus hijos.
De todas formas cada persona tendrá sus preferencias. ¿Cuáles son las tres virtudes que recomendaríamos especialmente para los padres de familia? Perseverancia, paciencia y optimismo.

Se incluye una breve descripción operativa de las virtudes humanas arriba comentadas y también un cuadro de virtudes por edad.

AMISTAD

Llegar a tener con algunas personas que ya conoce previamente por intereses comunes, de tipo profesional o de tiempo libre, diversos contactos periódicos personales, a causa de una simpatía mutua, interesándose ambos, por la persona del otro y por su mejora.

AUDACIA

Emprender y realizar distintas acciones que parecen poco prudentes, convencido, a partir de la consideración serena de la realidad, con sus posibilidades y con sus riesgos, de que pueda alcanzar un auténtico bien.

COMPRENSIÓN

Reconocer los distintos factores que influyen en los sentimientos o en el comportamiento de una persona, y profundiza en el significado de cada factor y en su interrelación, ayudando a los demás a hacer lo mismo, y adecua su actuación a esa realidad.

FLEXIBILIDAD

Adaptar el comportamiento con agilidad, a las circunstancias de cada persona o situación, sin abandonar por ello los criterios de actuación personal.

FORTALEZA

En situaciones ambientales perjudiciales a una mejora personal, es resistir las influencias nocivas, soportar las molestias y entregarse con valentía, en caso de poder influir positivamente para vencer las dificultades y para acometer empresas grandes.
Echar a volar de Alfonso Aguiló
http://es.catholic.net/familiayvida/158/287/articulo.php?id=32960

GENEROSIDAD

Actuar a favor de otras personas desinteresadamente y con alegría, teniendo en cuenta la utilidad y la necesidad de la aportación para esas personas, aunque les cueste un esfuerzo.
¡Viva el prójimo! de P.P. Antonio Rivero, L.C
http://es.catholic.net/familiayvida/158/320/articulo.php?id=26907

HUMILDAD

Reconocer sus propias insuficiencias, sus cualidades y capacidades y aprovecharlas para obrar el bien, sin llamar la atención ni requerir el aplauso ajeno.

JUSTICIA

Esforzarse continuamente para dar a los demás lo que les es debido, de acuerdo con el cumplimiento de sus deberes y de acuerdo con sus derechos como personas (a la vida, a los bienes culturales y morales, a los bienes materiales), como padres, como ciudadanos, como profesionistas, etc. Y a la vez, intenta que los demás hagan lo mismo.

LABORIOSIDAD

Cumplir diligentemente las actividades necesarias para alcanzar progresivamente su propia madurez natural y sobrenatural. Ayudar a los demás a hacer lo mismo, en el trabajo y en el cumplimiento de los demás deberes.

LEALTAD

Aceptar los vínculos implícitos en su adhesión a otros (amigos, jefes familiares, patria, instituciones, etc.), de tal modo que refuerza y protege, a lo largo del tiempo, el conjunto de valores que representan.

OBEDIENCIA

Aceptar, asumiendo como decisiones propias, las de quien tiene y ejerce la autoridad, con tal de que no se opongan a la justicia, y realizar con prontitud lo decidido, actuando con empeño para interpretar fielmente la voluntad del que manda.
¿Porqué mis hijos no me obedecen?
http://es.catholic.net/familiayvida/158/320/articulo.php?id=19970

OPTIMISMO

Confiar razonablemente en sus propias posibilidades, y en la ayuda que le pueden prestar los demás y confiar en las posibilidades de los demás, de tal modo que en cualquier situación, distinga en primer lugar, lo que es positivo en sí y las posibilidades de mejora que existen y, a continuación, las dificultades que se oponen a esa mejora, y los obstáculos, aprovechando lo que se puede y afrontando lo demás con deportividad y alegría.

ORDEN

Comportarse de acuerdo con unas normas lógicas, necesarias para el logro de algún objetivo deseado y previsto, en la organización de las cosas, en la distribución del tiempo y en la realización de las actividades, con iniciativa propia sin que sea necesario recordárselo.

PACIENCIA

Una vez conocida o presentida una dificultad a superar o algún bien deseado que tarda en llegar, soportarlas molestias presentes con serenidad.

PATRIOTISMO

Reconocer lo que la patria le ha dado y le da. Tributarle el honor y servicio debidos, reforzando y defendiendo el conjunto de valores que representa, teniendo a su vez por suyos, los afanes nobles de todos los países.

PERSEVERANCIA

Una vez tomada una decisión, llevar a cabo las actividades necesarias para alcanzar lo decidido, aunque surjan dificultades internas o externas o pese a que disminuya la motivación personal a través del tiempo transcurrido.

PRUDENCIA

En su trabajo y en las relaciones con los demás, recoger información que enjuicia de acuerdo con criterios rectos y verdaderos, ponderar las consecuencias favorables y desfavorables para él y para los demás, antes de tomar una decisión, y luego actuar o deja de actuar de acuerdo con lo decidido.

PUDOR

Reconocer el valor de su intimidad y respetar la de los demás. Mantener su intimidad a cubierta de extraños, rechazando lo que puede dañarla y descubrirla únicamente en circunstancias que sirvan para la mejora propia o ajena.
Elogio al Pudor Jorge Peña Vial
http://es.catholic.net/familiayvida/158/2429/articulo.php?id=30950

RESPETO

Actuar o dejar de actuar, procurando no perjudicar ni dejar de beneficiarse a sí mismo ni a los demás, de acuerdo con sus derechos, con su condición y con sus circunstancias.
Educar en el Respeto de P. Fernando Pascual.
http://es.catholic.net/familiayvida/158/154/articulo.php?id=30829

RESPONSABILIDAD

Asumir las consecuencias de sus actos intencionados, resultado de las decisiones que tome o acepte; de tal modo que los demás queden beneficiados lo más posible o , por lo menos, no perjudicados, preocupándose a la vez de que las otras personas en quienes puede influir hagan lo mismo.

SENCILLEZ

Cuidar de que su comportamiento habitual en el hablar, en el vestir, en el actuar, esté en concordancia con sus intenciones íntimas, de tal modo que los demás puedan conocerle claramente, tal como es.

SINCERIDAD

Manifestar, si es conveniente, a la persona idónea y en el momento adecuado, lo que ha hecho, lo que ha visto, lo que piensa, lo que siente, etc., con claridad y respeto a su situación personal o a la de los demás.

SOBRIEDAD

Distinguir entre lo que es razonable y lo que es inmoderado y utilizar razonablemente sus cinco sentidos, su dinero, esfuerzo, etc., de acuerdo con criterios rectos y verdaderos.

SOCIABILIDAD

Aprovechar y crear los cauces adecuados para relacionarse con distintas personas y grupos, consiguiendo comunicarse con ellas a partir del interés y preocupación que muestra por lo que son, por lo que dicen, por lo que hacen, por lo que piensan y por lo que sienten.